«A más publicidad te dan peor atención»
La Mala Atención de las Grandes Empresas
¿Por que a más publicidad te dan peor atención en las grandes marcas? En la era de la hiperconectividad y el bombardeo publicitario, las grandes empresas no escatiman en gastar fortunas en marketing y publicidad. Sin embargo, ¿qué pasa con la atención a sus empleados y a sus propios clientes? Parece que, cuanto más grande es la inversión en anuncios, más pequeño es el esfuerzo en el trato humano.
Este artículo analiza cómo las grandes marcas destinan sus recursos a impresionar al público pero olvidan cuidar lo esencial: su propio equipo y a los consumidores que las mantienen a flote.
¿Por qué las grandes marcas siguen contratando publicidad?
Irónicamente, parece que las grandes empresas creen que una buena campaña publicitaria puede solucionar cualquier cosa, desde una crisis reputacional hasta un producto defectuoso. ¿La solución? Más anuncios, más campañas virales. Y si el cliente no está contento, no importa, al menos vio el nuevo comercial durante su queja.
La realidad es que la publicidad sigue siendo un motor esencial para mantener la visibilidad de una marca. Las grandes empresas deben seguir compitiendo por la atención de los consumidores, especialmente en un mercado saturado. En este sentido, cada anuncio es una lucha por permanecer en la mente del cliente, incluso si el servicio al cliente o la atención interna quedan relegados a un segundo plano.
El problema surge cuando esa dependencia excesiva en la publicidad desvía la atención de lo verdaderamente importante: la experiencia del cliente y la satisfacción del empleado. Al final, la marca puede estar en todas partes, pero la calidad de las interacciones humanas dentro de la empresa se deteriora.
Atención al cliente: pequeñas empresas vs grandes empresas
Si has llamado a la atención al cliente de una gran empresa, probablemente te hayas sentido como un número más. Sin embargo, cuando contactas con una pequeña empresa, ¡sorpresa! te tratan como si tu llamada fuera importante. Tal vez porque no pueden permitirse perder un solo cliente.
La diferencia entre pequeñas y grandes empresas en términos de atención es palpable. Las pequeñas empresas dependen de cada interacción para sobrevivir, por lo que es común que ofrezcan una atención personalizada y, a menudo, más rápida. Esto no solo refleja su enfoque en el cliente, sino también en el valor que otorgan a la lealtad y al boca a boca.
Las grandes empresas, en cambio, suelen estar limitadas por sistemas automatizados, jerarquías y procesos estandarizados. Esto crea una desconexión entre el cliente y la empresa, donde cada interacción se convierte en algo mecánico, en lugar de ser una oportunidad para fortalecer relaciones y fidelizar.
Cuanto mayor es la publicidad, peor es la atención al cliente
Resulta casi irónico que las empresas que invierten millones en publicidad sean las que peor tratan a sus clientes. Es como si todo su esfuerzo se centrara en atraer nuevos consumidores, mientras los ya existentes son olvidados en una cola interminable de llamadas.
Este fenómeno ocurre porque la atención al cliente es vista como un gasto operativo, mientras que la publicidad es una inversión. El retorno de la publicidad se mide en ventas y posicionamiento de marca, mientras que la atención al cliente no siempre es cuantificable en términos monetarios inmediatos.
Además, las grandes campañas publicitarias pueden crear expectativas muy altas, que luego no se cumplen cuando el cliente intenta interactuar con la empresa. Esto genera frustración y, a largo plazo, puede deteriorar la reputación de la marca, haciendo que toda la inversión en marketing termine siendo en vano.
¿Cuál es la publicidad adecuada para un emprendedor o una pequeña empresa?
Es curioso cómo muchos emprendedores intentan replicar las tácticas de publicidad de las grandes marcas, creyendo que, si ellas lo hacen, debe funcionar. Pero, ¿qué pasa cuando se dan cuenta de que su presupuesto no da para un anuncio en la televisión durante el horario estelar?
Para los emprendedores y pequeñas empresas, la clave está en la publicidad eficiente, personalizada y segmentada. Las redes sociales, el marketing de contenido y la publicidad digital son herramientas poderosas y asequibles que permiten a las pequeñas empresas conectarse directamente con su público objetivo sin romper el banco.
El enfoque debe estar en construir relaciones y comunidad, no en generar campañas masivas. Las pequeñas empresas pueden crear una lealtad sólida al conectar genuinamente con sus clientes, algo que las grandes corporaciones suelen perder de vista en su búsqueda por la masividad.
¿En quién confiar para comprar productos? ¿Grandes o pequeñas empresas?
Vivimos en una paradoja. Las grandes marcas son las más conocidas, las que tienen más anuncios y las que nos bombardean con promociones. Pero, ¿realmente son las más confiables? Quizás, sea hora de preguntarse por qué tantos consumidores optan por comprar en pequeños negocios.
Las grandes empresas, aunque ofrecen seguridad en términos de marca, tienden a carecer de la atención y personalización que pueden ofrecer las pequeñas empresas. En una pequeña empresa, el cliente es tratado como una persona, no como un número, y sus necesidades suelen ser atendidas de manera más cercana y cuidadosa.
En definitiva, la confianza no depende únicamente del tamaño de la empresa, sino de la experiencia del cliente. Y en ese aspecto, las pequeñas empresas tienen una ventaja, ya que pueden ofrecer un servicio más cercano y humano, algo que las grandes marcas han dejado de priorizar en favor de sus impresionantes campañas publicitarias.
En mi opinión, cuanto más grande es la marca, mas desprecian al cliente
Las grandes empresas pueden ser maestras en publicidad, pero han perdido el toque en lo que realmente importa: las relaciones humanas. Mientras invierten millones en crear campañas impactantes, sus empleados y clientes quedan relegados a un segundo plano. En un mundo donde la imagen lo es todo, parece que algunas marcas han olvidado que la confianza y la satisfacción no se construyen solo con anuncios, sino con acciones concretas y atención personalizada. Así que, la próxima vez que elijas dónde comprar, tal vez valga la pena apostar por el negocio que realmente te atiende bien, y no solo te seduce con su publicidad.
Y si queréis ver artículos que os puedan servir de ayuda, os recomiendo ver el blog :
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Así que, queridos emprendedores y autónomos, si habéis llegado hasta aquí seguro que esperas el próximo post, aunque quizás tengas una petición especial. Nos vemos el próximo lunes.
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