Sí, si, tu espera… Me sobran los motivos para escribir muchas cosas, otros tantos para no escribir de ninguna en particular.
Sí, si, tu espera… ¿Cómo es eso posible, Capi?
Pues muy sencillo, por segunda semana consecutiva rechazo poner una publicación que tengo escrita desde hace 14 días y que muchas personas están deseando ver, no lo hago por motivos personales. Por otro lado, me sobran motivos para no escribir de ninguna en particular.
Pero… de algo hablarás ¿verdad?
Pues claro que sí, de algo hablaré, pero no de lo que podéis imaginar… En esta ocasión, y empezando así, estáis imaginando que volverá la actividad del capi de Lanzador de Cuchillos, pero tranquilos, los cuchillos están bien guardados en el cajón.
Entonces, Capi, ¿Cuál será el tema?
Pues pensando, ya he hablado de rrss, marketing y estrategias, posicionamiento, actitudes, pullas, agradecimientos…. Uffff… en casi 2 años hemos hablado de muchas cosas. Lo que sí tengo claro es que no entraré en terreno personal, ese tema queda vetado, al igual que sexo, religión, futbol o política.
Bueno y ¿qué enseñanza puedes enseñar que pueda ayudarnos Capi?
Se me ocurre que podríamos hablar de la confianza, de la envidia, la desidia, la educación o el cambio climático (como me sugirió Pedro-Antonio). Que os parece si hablamos de la “espera”.
¿La Espera? ¿Cómo vamos a aprender de la espera?
Posiblemente veáis la espera de una manera aburrida en vez de poder sacarle un buen provecho. Pero vamos a entrar en una mayor profundidad, podemos hablar de ese término al esperar una llamada, un mail, a una persona o incluso una actitud. Todas son tan diferentes como totalmente aprovechables.
Vamos a desgranar la Espera en cada situación y cómo podemos sacarle una rentabilidad a una mala situación:
- Esperar una llamada: Ese momento incomodo en el que esperas una llamada para un momento o día x y no llega. Esa espera dice mucho de una persona dependiendo de su situación. Si es alguien con una alta carga de trabajo, más nos vale hacerle una segunda llamada o enviarle un mail pues seguramente se le ha pasado. Si por el contrario es de una nueva colaboración, servicio u otro tipo de trabajo, denota una desidia por la conversación mantenida con anterioridad… Son estas últimas las que suelen tardar más de una semana en recibirse (si es que se recibe). Si por la primera conversación vemos dudas y el interlocutor nos dice aquello de “Ya estaremos en contacto, no te preocupes” hay un 80% de posibilidades de que esa frase sea tan falsa como los billetes de 15€.
- Esperar un mail: Uffff… de esto mejor ni hablo, porque estando es Noviembre aún estoy recibiendo mensajes de “Leído” del mensaje que les envié en Mayo para el evento de Junio. No entiendo esa dejadez de mucha gente, aunque cierto es que mi lista de correo se ha visto acortada notablemente por este hecho. ¿Qué he aprendido? Pues que no espero vuelta de mail, cuando llega uno lo leo y contesto, pero ya no estoy pendiente de quién no ha contestado para invertir ese tiempo en la gente que ha tomado su tiempo en contestarme y que se merece que yo invierta mi tiempo en ellos.
- Esperar a una persona: Eso de esperar a gente que mal nos sienta a todos. El máximo tiempo que he estado esperando a alguien ha sido 2 horas (previa llamada que llegaba tarde) y la verdad es que no sienta nada bien. Así que por favor intentad ser puntuales, avisad con antelación si hubiese que retrasar la cita.
- Esperar una actitud: Os suena eso de: “No esperes nada de nadie”, pues hacerle caso al 200%. Si esperas algo de alguien y no resulta te sentirás defraudado por esa persona, pero en cambio no esperas nada y resulta que esa persona te da mucho más de lo que podías imaginar. Por ese motivo, no esperes una actitud de alguien que no conoces, porque incluso de quien conoces te puede fallar de la manera menos esperada.
Ahora habéis podido observar que se puede esperar del Capi cualquier tema. Tenemos muchos temas para hablar, pero para algunos tendréis que esperar y para otros quizás no tanto.
Pasad un buen fin de semana y por cierto: ¿Qué esperas tú para comentar?.
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