UN IRRESPETUOSO RESPETO. “Es que no vales para nada”, “Eres un inútil”, “No sabes hacer nada”… Piensa el ladrón que todos son de su condición…
¿A que vienen estas frases tan lapidarias? Pues esta frase viene dada a una publicación que se ha compartido en redes sociales sobre un…, sobre un… (Capi, se educado, que te veo venir), sobre un “espécimen” en la cual solicitaba un nuevo trabajador para un puesto X porque, según él, este no sabía realizar su trabajo adecuadamente.
UN IRRESPETUOSO RESPETO
¿Dónde viene la clave de este Post? Pues viene en las formas del “espécimen”, su falta de respeto hacia el trabajo que realiza el trabajador y la falta de respeto hacia el trabajador. Dicho “espécimen” ha quedado retratado al exponer sus faltas de esa manera. ¿Quién querría trabajar con un “espécimen” que te trata de esa manera? Porque además habrá que tener en cuenta que si hace eso en público ¿qué hará en el ámbito privado de su empresa?
Hace muchos años que un director de escuela me enseño una lección de vida:
Fui a pedir autorización para dar clases de Primeros Auxilios, cuando estaba en Cruz Roja, para los jóvenes estudiantes. Lo típico de las nociones básicas.
Como Director de escuela que era, se merecía todo mi respeto y dicho respeto de mostraba a través de la educación en la forma de hablarle, con un tratamiento de Usted.
En la segunda frase que cruzamos el paró mi explicación y me tuvimos estas palabras:
La lección de vida
Director: .- ¿Por qué me tratas de Usted?
Yo: .- Pues básicamente por dos razones, la primera es que es un Director de escuela y se merece mi respeto y la segunda es porque yo vengo a solicitar una cosa a su casa, por llamar de alguna manera a su lugar de trabajo.
Director: .- Te voy a dar un consejo: Si la persona que tienes enfrente te trata de Tú en la primera frase y lo vuelve a hacer en la segunda, tu tercera frase tienes que cambiar el tono y tratarle de Tú. Si esa persona te recrimina dicho cambio de actitud y te exige un respeto le contestas que le estás dando el mismo respeto que el ha mostrado hacia tu persona.
Estas palabras jamás en la vida se me han olvidado. Una lección para tener en cuenta y que, desgraciadamente, he tenido que aplicar en alguna que otra ocasión con personajes que se creen barro y no llegan a polvo.
¿Qué quiero explicar con esa lección?
Que el “espécimen” anteriormente nombrado se merece todo el respeto que muestra: merece que se le llame inútil, se merece que no sabe realizar su trabajo, se merece que nadie trabaje con él, y se merece que pierda su empresa. ¿Duras palabras? Más duro es leer como humilla públicamente a un trabajador. ¿Estoy siendo empático con él? Con el trabajador si, con el “espécimen” no se lo merece.
Cuida de tus trabajadores para que ellos cuiden de tus clientes. Máxima a tener en cuenta en cualquier trabajo del mundo. Si no tienes en cuenta esta regla dedícate a la creación de la pintura rupestre (sino pillas la indirecta “Cómprate 5 duros de bosque”).
Se felicita en público y se recrimina en privado
Jamás en tu vida lo hagas al revés, porque si yo lo veo en tu negocio me doy la media vuelta y me largo. De hecho… ya me he ido de algún negocio por ese motivo, previa recriminación a la persona encargada del negocio. Lo siento, pero no puedo tolerarlo, es algo que me crispa sobremanera. Es algo superior a mis límites de tolerancia, y eso que tengo una gran tolerancia a muchas cosas.
Has de recordar que hoy, en un mundo digital, las lenguas corren más que los cerebros y, basándonos en el “espécimen”, estas malas acciones le pasaran factura. ¿Por qué? Porque él además ha cometido un error tan grave que no se da cuenta que se ha metido con un sector minoritario, en el cual se mueven todos de manera digital y que al final nos conocemos todos. Se acaba de cerrar las puertas a ese sector, y seguro que en un tiempo encontrará un nuevo trabajar al que humillar, pero poco a poco se irá encontrando con una sala vacía de candidatos para trabajar en su empresa.
Así que, mis queridos niños, pensad en que respeto queréis que os muestren vuestros trabajadores y mostrárselo vosotros primeros. Recordad que las recriminaciones por fallos se hacen de manera privada. Recordad que las felicitaciones se hacen de manera pública. Recordad que no es la falta de respeto hacia un trabajador lo que muestras, sino lo que puedes hacerle a tus clientes y lo que estos dirán de ti.
Bueno, mis queridos niños, ahora os dejo que meditéis este post, y que la lección de vida que me enseñó ese director os sirva a vosotros.
Descansad el fin de semana y recordad que nos vemos el lunes.
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