
CUANDO VENDER SE CONVIERTE EN ACOSAR
CUANDO VENDER SE CONVIERTE EN ACOSAR. En el mundo actual, donde la conexión digital es constante, hemos confundido estar “disponibles” con estar “a disposición”. Y no, no es lo mismo. Cada vez es más habitual recibir mensajes fuera de horario, correos publicitarios sin permiso, o invasiones disfrazadas de colaboraciones espontáneas. Es el nuevo spam emocional: entra sin pedir permiso, no aporta valor, y encima espera aplausos.
Esto no es eficiencia. No es networking. Es una falta de respeto, una muestra de ignorancia o, peor aún, de arrogancia profesional. Porque si crees que por tener mi número puedes escribirme a cualquier hora, lo que necesitas no es una mentoría, sino un curso acelerado de sentido común.
A continuación, cinco puntos para dejar las cosas claras. Lo que antes se decía en voz baja, hoy se grita con elegancia: no todo vale para vender.
“¿Perdona, y tú quién eres?” — El descaro de contactar sin permiso
Hay una nueva generación de vendedores autodidactas que creen que la espontaneidad vende. “Te vi en LinkedIn y me pareció interesante ofrecerte…” — Alto ahí, soldado. No te conozco, no te he pedido nada, y no estoy en una feria de muestras.
El contacto sin permiso no es networking, es allanamiento de bandeja. Y lo peor no es el mensaje, sino la soberbia con la que se espera una respuesta inmediata. Como si estuviéramos esperando que aparezcas tú con tu Excel de soluciones mágicas.
Vender exige una base: el respeto al otro. Si no sabes quién soy, si no conoces mis necesidades, si no te he dado luz verde, entonces tu oferta no es bienvenida, es invasiva.
El horario laboral no es un chiste: tu mensaje a las 23:47 no es urgente
Hay que decirlo: la hiperconectividad ha criado una casta de vendedores que confunde la noche con la oportunidad. Pero hay algo que nunca falla: si tienes que escribir fuera de horario laboral, es porque no sabes vender dentro del horario laboral.
El mensaje nocturno no sólo es inadecuado, es sintomático de una enfermedad más profunda: la falta de profesionalismo. No todo momento es un buen momento para cerrar una venta. El respeto por el tiempo del otro es tan importante como la propuesta misma.
¿Tienes algo valioso que ofrecer? Perfecto. Agenda una reunión, pide un hueco, espera una franja lógica. Pero si tu estrategia depende de pescar al cliente medio dormido, lo tuyo no es marketing. Es desesperación con WiFi.
La ley AntiSpam no es decorativa: se llama legislación, no sugerencia
Hay quien cree que la ley es una especie de marco conceptual opcional. “Total, si le mando un correo, no pasa nada…” Pues sí, sí pasa. La ley exige consentimiento previo para enviar comunicaciones comerciales. No es interpretación, es normativa.
Enviar correos masivos sin permiso, o recopilar números de WhatsApp para “acercarte una propuesta”, no es marketing directo: es delito leve. Y cada vez más empresas están hartas de tener que bloquear números, marcar correos como spam, o ignorar mensajes pasivo-agresivos.
La ignorancia de la ley no exime su cumplimiento. Y si no sabes lo que es la LSSI o el RGPD, quizá deberías invertir en formación antes de invertir en campañas. Porque si tu marketing se basa en la ilegalidad, lo único que estás vendiendo es desconfianza.
Lo personal no se toca: privacidad ≠ oportunidad de negocio
Que alguien publique algo en redes no significa que quiera una propuesta comercial. Pero hay quien cree que cada “Me gusta” es una puerta abierta, que cada selfie es una invitación al pitch, y que cada publicación personal es una excusa para entrar con una oferta.
Este comportamiento es más que molesto: es tóxico. Utilizar la vida personal de los demás como excusa para iniciar un contacto comercial es una falta de tacto y de ética. Porque lo personal se respeta, no se aprovecha.
No todo el mundo está esperando ser “rescatado” por tu solución milagrosa. Hay quienes sólo quieren publicar, compartir, estar presentes. Si no sabes diferenciar entre lo privado y lo profesional, no estás haciendo marketing: estás invadiendo vidas.
Conclusión: el cliente no se caza, se conquista
La nueva era del marketing exige sensibilidad, ética y estrategia. Ya no se trata de gritar más fuerte, sino de hablar con más inteligencia. El respeto no es un detalle, es la base de toda relación comercial sana.
Quien no respeta horarios, invade bandejas, ignora leyes y fuerza contactos personales, no está vendiendo: está molestando. Y eso tiene un coste altísimo: el cierre de puertas, la pérdida de reputación, y el rechazo permanente.
Así que si de verdad quieres vender, empieza por comportarte como un profesional. Respeta el tiempo. Cuida la forma. Conoce la ley. Y sobre todo, entiende esto:
el buen marketing no interrumpe, seduce; no invade, atrae; no impone, persuade.
Todo lo demás… es ruido.
Y si queréis ver artículos que os puedan servir de ayuda, os recomiendo ver el blog :
TU CONSEJO DIGITAL
Así que, queridos emprendedores y autónomos, si habéis llegado hasta aquí seguro que esperas el próximo post, aunque quizás tengas una petición especial. Nos vemos el próximo lunes. Sígueme en las redes sociales: https://taplink.cc/pymesunidas
Ideamos, Creamos y Crecemos.
La red de Networking digital empresarial.