El Capi vuelve por obligación

El Capi vuelve por obligación

En muchas ocasiones la cuerda se tensa tanto, que el Capi vuelve por obligación para poner las cosas en su sitio. En los tiempos que corren y es necesario recordar tan básicas como son la educación, el respeto y una correcta interacción con las personas que pueden convertirse en tus clientes.

Cuando obligan a dar respuestas bordes

En ocasiones, se reciben mensajes por las redes sociales de una forma inadecuada, vamos a decirlo con suavidad, con una insistencia desmesurada. No solo son las formas sino que, además, utilizan palabras que alientan a dejar de leer el mensaje de manera inmediata. Pero puedo ir más allá, a la gente le gusta «ahorrar» en tiempo y lo hace de la peor manera, pues utilizan el deplorable método del «copia y pega».

Ahora os voy a dejar en este listado lo fallos que me he encontrado durante estos casi 10 años que llevo con #PymesUnidas.

Para empezar:

• «Hola Pymes Unidas«. ¿Pymes Unidas? En serio conocéis a alguien que se llame Pymes y se apellide Unidas. ¿Tan vagos sois que no sois capaces de preguntar «¿Con quién hablo?»?
• «Hola, soy X, trabajo de Y y quiero ofrecerlo a tu asociación«. ¡¡Casi 10 años!! Casi 10 años y aún la gente no sabe leer la portada de la web en la que se especifica que soy EMPRESA.
• «¡Ah! ¿No sois de Madrid?«. Esta me hace mucha gracia, ya no solo por las veces que he dicho que estoy en un pueblo de Cáceres, sino porque todo el mundo cree que por gestionar un hashtag de talla mundial, necesitas estar en una gran ciudad.
• «Quería hablar con el responsable de…» No sé las veces que he podido decir que trabajo solo, por activa, por pasiva y por obligación. La gente no sé de donde se saca los cargos.

¿Qué el Capi es borde?

Estamos en un momento en el que no se puede decir nada, no se puede insinuar nada y que hay que callar por miedo. Pero, los que nos criamos con una normas en casa, con el respeto a nuestros mayores, profesores, cuerpos de seguridad, profesionales de salud… sabemos que no debemos callar ante varias situaciones, le pese a quien le pese. Desde luego yo no me callo ante aquellos que intentar intimidar con ciertas actitudes prepotentes y la respuesta que doy, no es que sea borde, sino que además es tajante y con el fin de finalizar cualquier posible conversación.

En ocasiones la conversación se inicia de una forma bastante particular, con un mensaje de copa y pega, totalmente despersonalizado, con un lenguaje desnutrido y una clara intención de vender sin importarle el cliente. Ante una situación así, ya me pongo a la defensiva, pues ya me veo venir lo que se avecina, y es que esa persona no acepta un NO por respuesta, lo que hace que saque mi negativa de una forma más borde.

Quiero dejar claro que comprendo el trabajo de un comercial, pero lo que no voy a soportar es ciertas actitudes ni ciertas palabras. Me es indiferente lo importante que te creas o que seas, si digo NO es NO. Mi trabajo se respeta y no pienso tolerar que nadie venga a darme «masterclass» de lo que cree que debo hacer con mi trabajo. Por desgracia, los que más me insistieron en que «debía hacer esto y lo otro», han tenido que cerrar sus negocios, menos mal que no les hice caso.

¿Crees que el respeto y la educación no es importante?

Vuelvo a insistir en que estamos en una época en la que se han destruido los valores del respeto y la educación. Sí, lo sé, los que pasamos de los 30 años, estamos acostumbrados a decir eso de «Buenos días, tardes o noches», «Gracias», «Por Favor», ya sabéis a que me refiero. Y a esos menores de 30 años, ya no les interesa, ya no usan esa educación porque eso es «de viejos». Pero tampoco procesan un respeto por la gente, ya les da igual la edad, simplemente pretenden que les deban respeto mientras ellos denigran.

Si nos fijamos en las redes sociales, antes los influencers eran personas que se dedicaban a influenciar mostrando unos conocimientos, aconsejando, guiando o acompañando a personas en un camino empresarial o estudiantil. Ahora los «influencers» solo son personas con tendencias ególatras que solo buscan tener una amplia lista de seguidores, pero ellos no siguen ni al 0,001%, no contactan con sus seguidores, no les atienden, etc. Vamos que son como el día y la noche, y desde luego, yo me quedo con los primeros.

Mi hartazgo ha llegado a tal punto, que he tomado la decisión de responder a un mensaje privado con: «Hola, ¿en que puedo ayudarle?». Os puedo asegurar que en el 50% de las ocasiones ya no obtengo respuesta, cuando resulta que ha sido la otra parte la que ha abierto la conversación. Para mi es un filtro muy bueno para no invertir más tiempo del necesario con una conversación intrascendente que sé que no llevará a ningún lugar.

Y ¿Por qué la obligación?

Pues la obligación de volver con el Capi es que en apenas un mes, he tenido varias conversaciones y, en más de la mitad, han acabado con el bloqueo de los interlocutores. ¿El motivo? Dichas personas han tomado un rumbo en la conversación que no era bueno para #PymesUnidas. Han querido imponer unas dinámicas que no son válidas, o han querido de amedrentarme con técnicas nada válidas o incluso han querido quedarse con los datos de los clientes con unas artimañas más que conocidas.

Por todas esas personas he tenido que sacar al Capi, porque ya vale de personas que intentan aprovecharse de los demás, de gente que se cree superior al resto. Tendré que sacar más veces al Capi para dejar las cosas claras. ¿Qué crees tú?

Y si queréis ver artículos que os puedan servir de ayuda, os recomiendo ver el blog :
TU CONSEJO DIGITAL

Así que, queridos emprendedores y autónomos, si habéis llegado hasta aquí seguro que esperas el próximo post, aunque quizás tengas una petición especial. Nos vemos el próximo lunes.